Dzfuck fue a llenar el depósito de su coche y antes de volver a casa se detiene en otra estación de servicio: la de un chupapollas local. Un tipo bueno y sumiso que agarra la lanza de Dzfuck y la engulle. Además del delicioso sabor, al chupapollas gay le encanta el tacto y la vista de esa polla grande, venosa e impresionante. Tanto es así que, naturalmente, se pone en el suelo para que se la follen sin contemplaciones. Este culito bueno se alimenta de semen y aguanta hasta el fondo.