Rafael tiene que admitirlo: es un adicto al sexo. Después de follar con tíos todo el día, sigue queriendo pajearse. Así que se masturba por la noche en el sótano. Quién sabe, tal vez aparezca alguien, y si no, no importa: masturbarse con su larga polla es suficiente para él. Tiene una cualidad poco común: incluso después de correrse, sus pelotas se llenan superrápido, y grandes cargas salen de su glande cada vez. Algunos pares de pelotas son así, tienen que expulsar mucho.