En este segundo asalto, nuestro joven semental árabe se pone en modo bestia con la corrida. Este matón, que nunca se había follado a un tío antes, se ha convertido en una máquina de repartir pollas. Destruye ese agujero como un poseso mientras Kalys observa el espectáculo con una sonrisa de satisfacción. Nuestro putito está en el paraíso: mientras se atraganta con la enorme polla negra de Kalys como un chupapollas hambriento, siente la poderosa carne del semental árabe destrozándole el culo sin piedad. Ambos matones están encendidos, volcando su corrida en todas las posiciones. El nuevo árabe dominante ha cogido el juego rápidamente: folla como un profesional y hace gritar a su perra como una loca. Kalys se enorgullece de ver a su colega convertirse en un auténtico criador.