A Kalys le gustan los culos obedientes. David Vincent es vers, pero en este caso tiene que obedecer. Cuando Kalys le dice que se lo va a follar y que tiene que esperarle tumbado desnudo, obedece. Y sólo con ofrecerse así en la cama, David puede sentir que su culo está seriamente cachondo. La puerta está entreabierta, Kalys entra y se sirve directamente, poniendo la boca hambrienta de David al servicio de su enorme polla. David se siente seriamente dominado, nunca había deseado tanto ser follado. Se deja dominar completamente y se convierte en el juguete de Kalys, jugando con sus agujeros a placer. La enorme polla entra y sale del culo cada vez más húmedo de David y cuando sale el jefe sigue estimulándolo, metiéndole los dedos en el agujero mientras David adora sus grandes cojones y su carne, esperando conseguir algo de leche.