A Engelberth le encantó su visita a París, pero para su última noche siente que le falta algo: que le metan en los agujeros la polla de un verdadero jefe árabe. Se conecta tarde a una aplicación y encuentra el perfil de Fares. La enorme polla del dom le llama y no puede resistirse. A las 3 de la mañana, en un lugar secreto, el corazón de Engelberth late con y su culo está mojado. Fares lo agarra y lo pone a trabajar en su polla, mostrándole que los hombres árabes son los mejores folladores del mundo. Nunca le habían follado así. Volverá cojeando al aeropuerto oliendo a semen...