Oscar Tirso, un pequeño francés, tenía hambre de polla y conoció a Kalys. Pero cuando ve su enorme polla se da cuenta de lo grande que tendrá que abrir sus agujeros... La boca de Oscar es pequeña y se obstruye rápidamente cuando Metis se empalma dentro. Parece que no hay límite para su grosor, y Oscar va a tener que aprender a abrir la boca más que nunca. Bien entregado a la polla, bajo la mirada dominante del jefe, Oscar quiere superarse y demostrar que puede ser un vertedero de esperma fiable. Le encanta la polla y lo demuestra, aunque sea agotándose. Satisfecho, Metis decide poner a prueba su culo, ¡aún más apretado que su boca! No te preocupes, la polla es tan buena que te abrirá sola, francesita. Sigue gimiendo, vas por buen camino.
