Rakim siempre se sintió un poco perra. En la calle, cuando ve a todos esos árabes machotes, vestidos con ropa deportiva, se moja enseguida. Le gustan mucho los hombres árabes con barba que saben someter a otros tipos. Su instinto le dice que su lugar está a sus pies, de rodillas, frente a su gran polla. Su verdadera misión en la Tierra es servir de chupapollas, servir pollas grandes varias veces al día si es necesario. Frente a Kad le Rebeu, Rakim empieza a trabajar directamente. Se traga la gran polla árabe, muestra su culo abultado y peludo, abre su polla y toma la polla furiosa del jefe que está encantado de tener que ver con una perra tan buena. ¡Toma chico, te lo mereces !