Sandro Rodríguez sigue poniendo a prueba a todos los chupapollas de su barrio en su sótano. Ptit Seb, un chico varonil de pelo largo, muy obediente, viene a ser dominado. ¿Será tan bueno como los otros chupapollas? Ptit Seb en todo caso ha entendido como se hace : en cuanto llega, se pone de rodillas y abre bien la boca. Su particularidad es su mirada : parece muy recto cuando lo ves pero ponle una gran polla en la boca y tiene su pequeña mirada de submarino sediento que necesita desesperadamente la polla. Sandro se pone muy duro al verlo y no puede resistirse a darle una bofetada para recordarle cuál es su sitio. Súper cachondo, el macho sumiso da su culo y se deja machacar bien hasta que Sandro decide que ha tenido suficiente y opta por acabar corriéndose en su cara.