Juan Florian tiene ese poder de atracción sexual que los gays pasivos pueden oler y ver incluso al otro lado de la calle. Cuando te mira con sus ojos llenos de vicio, no eres más que un vulgar objeto sexual, una presa, un agujero donde quiere meter su polla de pillo. Este francés pasivo olfatea los grandes cojones del joven macho, le lame esa bonita polla portuguesa y le pone en posición para que le folle el culo el bribón dominante que va a tomar lo que le pertenece.