Cuando Kais necesita relajarse, llama a su compañero sumiso Jean-Luc. El chico aparece, encapuchado, y viene a cumplir con su deber poniendo su garganta profunda y su culo a disposición. Naturalmente sumiso a Kais, hace todo lo que el jefe le manda, tan cachondo mientras oye sus pequeños insultos, babeando hasta la saciedad mientras pule la gran polla que traga cada vez más. A Kais le encanta el calor de sus agujeros, tan abiertos y cómodos. Se siente bien ahí dentro y se lo folla sin escrúpulos antes de correrse.